Borrando los recuerdos.
Todo un nudo de perspectiva.
Sueños de una mente ilusa, que fantaseaba con hacerlos realidad;
realidades fieras, abrumadoras, que acababan con toda esperanza.
Pensar que estuvo cerca, tan cerca que podía sentir la piel abrasándose.
Vehemencia, fuego, llamas, de las que no quedaron cenizas.
Jugando a creer que era fácil, como cuando se era niño.
Inocencias perdidas, ingenuidades ganadas.
Quemando cada huella de aquella fantasía,
cada pequeño rastro de su existencia.
Todo, salvo las palabras.
Las palabras quedaron para siempre,
para poder recordar que no hay nada más, palabras...
Alimentándose de ellas y a la vez huyendo del dolor que producen,
contradictorio, irracional...
Sin embargo, abrió en libro y las dejó volar...
Se perdieron con el mar, se perdieron en el aire.
Las palabras se fueron, ya no hubo recuerdos que borrar.
Anel