sábado, 26 de febrero de 2011

"Siempre nos quedará París"




Empecemos, "Esta es una historia sencilla, aunque no fácil de contar"(La Vida es Bella). El relato comienza cuando llegó esa caja y claro ; "La vida es como una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a tocar" (Forest Gump).
Estaba todo preparado, ya lo creo "Estaba preparado para todo, excepto para ti"(La Trampa), entonces fue cuando escuché; "He cruzado océanos de tiempo para encontrarte"(Drácula, de Bram Stoker), pero "A veces, el hablar se sobrevalora" (Pleasantville).

Y llegué a la conclusión: "¿De qué sirve confesarme, si no me arrepiento?" (El padrino III) y tras esto pronuncié unas palabras:
"De Ezequiel, 25-17: El camino del hombre recto está por todos lados rodeado por la avaricia de los egoístas y la tiranía de los hombres malos. Bendito sea aquel pastor que, en nombre de la caridad y de la buena voluntad, saque a los débiles del Valle de la Oscuridad. Porque Él es el verdadero guardián de su hermano y el descubridor de los niños perdidos. ¡Y os aseguro que vendré a castigar con gran venganza y furiosa cólera a aquéllos que pretendan envenenar y destruir a mis hermanos! ¡¡¡Y TÚ SABRÁS QUE MI NOMBRE ES YAVÉ, CUANDO MI VENGANZA CAIGA SOBRE TI!!! " (Pulp Fiction).
A lo que contestaste "bueno, nadie es perfecto" (Con faldas y a lo loco)
Y ante esa contestación reflexioné y pensé "El odio es un lastre, la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado" (American History X), pero sólo "Hay tres maneras de hacer las cosas: la correcta, la incorrecta y la mía" (Casino)
Y afirmaste con tu voz grave y rotunda: "No sabrás cuando, pero te estaré vigilando" (Harry el Sucio)

Está bien, "siempre nos quedará París" (Casablanca).



Cine y otros desvaríos.






jueves, 17 de febrero de 2011

Puedo caer, notar, sentir...





Puedo caer en el abismo de la incertidumbre, y lanzarme al vacío de unos brazos que no sienten, pero que trasmiten calor.
Más tarde puedo caer en el océano de tus ojos, verme reflejada en ellos y no ver lo que soy.
Puedo notar tus manos entrelazadas en las mías, tu tacto suave, pero no me puedo sentir yo.
Puedo sentir tus labios rozando los míos, puedo sentir su calor, su sabor, su intensidad y al mismo tiempo puedo sentir su frío.




Anel

viernes, 4 de febrero de 2011

Equilibrio






Pendiente de un hilo, con un destino incierto del que depende tantas cosas como ninguna.
Equilibrio, intentando escuchar al viento kilómetros antes para estar prevenido cuando llegue el balanceo, amarrándose a esa cuerda como si de tu vida dependiera, la realidad tu vida depende de ella.


La cuerda se tambalea, se agita y no es el viento, ahora no es nada, eres tú y nada más.
Sigue moviéndose, pero no sabes que hacer: si la sueltas caes al vacío sin saber que te espera, si te reincorporas puedes seguir avanzando hacia el otro lado sin conocer los obstáculos que te puedes ir encontrando; si podrás o no superarlos.
Sin comentar la incertidumbre que te espera a ese otro lado en caso que exista.

Indecisión, inmóvil, agarrándose a la cuerda.
-¿por qué este peligroso camino y no otro? ¿continuar? ¿dejarme caer?¿cambiar? ¿ya es tarde para cambiar?-




Anel