martes, 16 de noviembre de 2010

Después, ya no se nada más.




Frío, piel gélida, casi húmeda.
Tacto suave, como si de seda se tratara.
Claro, blanco, palidez...
Cristalina agua, gotas que caen, agotando los segundos,
muriendo poco a poco, sin vida.
Después, ya no se nada más.






Anel

2 comentarios:

  1. Después ya no se nada más... así debe ser después.

    Un beso

    ResponderEliminar
  2. ¿Y que más da el después? Siempre que haya un antes que contar.
    Un beso!

    ResponderEliminar