viernes, 5 de noviembre de 2010

Vuelve, contágiame de tu risa.





No has llegado a vivir y ya te quieres ahogar,
tienes que salir, caminar, correr...
No permitas que nadie te prive de tu libertad.

Cegada de amor, bebiendo los vientos por él,
convencida de que va a cambiar,
pero te diré, las personas nunca cambian.
Y tu quieres creer, lo se;
promesas y más promesas, que no se llegaron a cumplir,
evaporadas al salir disparadas de su boca,
daño, degradación, sufrimiento, todo innecesario.

No lo entiendes, no lo quieres entender.
En el fondo se que lo sabes, pero te niegas a creer.
Lo sabes por que me has visto crecer,
compartiste mi llanto, los días de tristeza, las noches en vela...

Ahora estas en la telaraña, tienes que salir antes de que de atrape.
No temas al dolor, en este caso es inevitable,
con el tiempo comprenderás que el ese dolor que sentiste mereció la pena.

No abandones antes de empezar.





Vuelve, contágiame de tu risa.




Anel



Foto: Berta, gracias.

4 comentarios:

  1. Estoy completamente de acuerdo... sólo un matiz:
    La gente cambia, sí; pero cuando lo hace, es a peor.

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  2. En ese caso, casi mejor que no cambien

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  3. no siempre esperar que cambien los demás es lo ideal. Adaptarse a las circunstancias en ocasiones es lo mejor. Si el otro no cambia, por que no hacerlo yo?
    Replantear; si haces lo mismo, obtienes los mismos resultados, algo debe cambiar...
    Des-escribir el destino como he leído por ahí.

    Un beso

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  4. Ahí está la clave Jack, des-escribir el destino.

    Un beso!

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